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viernes, 29 de octubre de 2010

LOS COPISTAS


Se le llama Copistas a las personas que reproducen libros a mano. Este destaca su labor en la difusión del libro hasta la aparición de la imprenta de tipos móviles en el mundo occidental. Aquel copista que era experimentado era capaz de escribir de dos a tres folios por día. Escribir un solo manuscrito completo tomaba varios meces de arduo trabajo.

En Egipto los escribas formaban parte de una jerarquía administrativa. El aprendiz de escriba, siempre de familia principal, recibía de otro escriba las enseñanzas de su oficio desde muy joven. Dadas las características de las escrituras egipcias (hierática, jeroglífica y demótica), se diría que el escriba tenía mucho de pintor. Sentado sobre el suelo con las piernas cruzadas
Los materiales que usualmente se empleaban eran:
penna (la pluma), rasorium (raspador) y atramentum (tinta)

La técnica adecuada era con la mano derecha se sujetaba la peñola y con la mano izquierda se sujetaba el raspador, que este servía tanto para corregir los errores en la escritura como para subsanar las irregularidades del pergamino, vitela o papel.
El dominus ocasionalmente podía hacer copiar a sus esclavos, con destino a su biblioteca particular, cualquier libro, pero por lo general, al menos a finales de la República, recurría al librero profesional para comprar su copia o encargarla. El librero tenía a varios copistas trabajando para atender sus encargos, pero sabemos muy poco de las condiciones en que trabajaban.
La información acerca de la copia de libros en la Antigüedad es escasa, si bien el panorama cambia cuando los centros monásticos se convierten en depositarios del legado escrito. La labor de copia se realizó en condiciones muy diversas, dependiendo de las épocas, e incluso de la orden monástica de que se tratase. El copista podía escribir aislado en su celda: es el caso de los monjes cartujos y de los cistercienses; este tipo de copia presupone que el copista trabajaba leyendo directamente un modelo. En los scriptoria, por el contrario, los monjes escribían colectivamente al dictado, de manera que era posible realizar varias copias simultáneamente.
Las características del scriptorium dependían de cada monasterio, podía ser un edificio aparte dentro del recinto, o bien contar con varias dependencias alineadas en las galerías que rodeaban el claustro. Los copistas trabajaban mientras había luz diurna, una vez cumplidas sus demás obligaciones. Un manuscrito acabado implicaba muchas horas de trabajo silencioso, forzando la vista, con una luz pobre y sin posibilidad de utilizar velas o candiles, por el peligro que suponía para el libro, y en una postura que no permitía apoyar la espalda.




jueves, 28 de octubre de 2010

El Libro



SU ORIGEN


El origen del libro se da gracias a la calidad de conservación de textos para tener información, manejabilidad y coste de producción. La piedra y madera fueron el soporte para la escritura. El estilo era un instrumento que servía para imprimir en arcilla. La escritura tenía forma de cuña y era utilizada por los asirios y sumerios. La seda fue un soporte para la escritura, se escribía con pinceles y los soportes utilizados fueron hueso, bronce, cerámica, escamas, etc. Todo material que permita escribir el texto, puede ser un libro. 
 
Las tablillas de madera fueron reemplazadas por rollos de papiro pero más ligeros para que se pueda transportar fácilmente. La escritura de los escribas egipcios dispone de signos más adaptados a la escritura manuscrita. Los rollos de papiro se envolvían en un cilindro de madera, el texto está escrito por una sola cara y en columnas. El titulo está atado al cilindro. Los rollos de papiro provienen de tumbas y con plegarias. El desarrollo del libro tiene aspecto material, con valores religiosos, simbólicos o literarios. 




El pergamino fue sustituyendo el papiro, que era conseguido por la piel de animales, podía conservarse y permitía borrar el texto. El material era caro. Los romanos usaban tablas de madera untadas con cera donde se imprimía y borraba los signos, estos podían estar unidos. 

El volumen esta enrollado en cilindros de madera. Se lee el texto en orden, los volúmenes que se utilizan son del Torá. La difusión, conservación y reflexión se desarrollaron durante la época helenística con la creación de biblioteca.

La edición de un libro se desarrollo en Roma, el comercio del libro se fue extendiendo por el imperio romano. Las bibliotecas eran privadas y era un instrumento de prestigio político. En la edad media, el libro ya no era un rollo continuo, sino un conjunto de hojas cocidas, adquirió un aspecto rectangular. El códice era manejable, podía ponerse en la mesa para que el lector pueda escribir mientras leía, lo que permitía una lectura silenciosa.








LA SECCION AUREA 


Es la división armónica de un segmento en 2 partes, tales que el mayor sea al menor como la suma de ambas es mayor. El valor aproximado es 1.618. También es llamado numero de oro o reconocido con la letra griega

Apareciendo también en las proporciones de estructuras, esculturas, objetos, etc.






Realización del libro en la edad media


En los primeros siglos de la Edad Media muy pocas personas tenían acceso a los libros (religioso). Sin embargo, paulatinamente hubo otros grupos sociales que comenzaron a tener y usar libros, especialmente a partir del siglo XII. Los emperadores, aristócratas, coleccionistas ricos y estudiantes que los consultaban en las bibliotecas de las Universidades que se fundaron hacia el siglo XIII.  En el siglo XII, con la gradual penetración de libros en el mundo secular dio como resultado talleres laicos con escribanos profesionales. 


Los manuscritos iluminados 


La iluminación de libros fue una de las formas artísticas más importantes hasta el siglo XVI. La mayoría de los pintores de miniaturas eran monjes que trabajaban en los scriptoria de los monasterios al lado de escribas o scriptores, que también eran monjes. En algunos casos, el escriba y el iluminador podían ser la misma persona
 Durante el proceso de escribir, el escriba dejaba espacios en blanco para las ilustraciones y en los márgenes del libro describía en una nota qué escenas debían pintarse; es decir dejaba instrucciones para el iluminador, incluso le decía qué colores debían emplearse en la miniatura.


Las letras iniciales de los textos frecuentemente se decoraban, generalmente con una escena relacionada con el texto. Las decoraciones más ambiciosas cubrían un cuarto, la mitad o hasta una página completa. 






Surgimiento de la imprenta


Durante el siglo XIII se realiza una revolución en la técnica de los libros. El progreso social y el desarrollo de la cultura y la economía laicas generalizan de nuevo la necesidad de la escritura. El surgimiento de universidades genera un crecimiento de copistas y de libreros (stationarii). El desarrollo del oficio intelectual determinó la era de los manuales. El libro deja de ser un objeto de lujo y se convierte en instrumento de trabajo. Así, el libro se convierte en un producto industrial y objeto comercial.
Con la industrialización de la producción de libros disminuyó su ornamentación, dejaron de hacerse letras decoradas y las miniaturas comenzaron a hacerse en serie. También cambió el formato del libro, se hizo más pequeño y manejable para poder ser transportado de un lugar a otro. La letra minúscula gótica, más rápida, reemplazó la antigua letra, más complicada (surgimiento de tipografías nuevas). Finalmente, en el siglo XVI, tras la invención de la imprenta, prácticamente desapareció el arte de hacer libros artesanalmente y de iluminarlos a mano.





Tipografía Ternaria


En 1939 Raúl Rosarivo tuvo la sospecha que existía un valor geométrico que estaría contenido en los viejos impresos del Renacimiento. Largas noches de compás y tipómetro tratando de encontrar el valor geométrico lo llevaron a revisar los libros compuestos por Gutenber.

A partir de allí, desarrolló su tratado, utilizando un módulo de razón tipométrica, que deriva de la unidad de medida "el cícero", base legitima de toda medida tipográfica. La circunferencia es la forma que contiene a este sistema manteniendo todas las proporciones en perfectas proporciones armónicas. Estos elementos fueron la fórmula para diseñar las páginas de un libro.

Partiendo desde la tipografía, el diseño de los márgenes, y el pliego del papel. Estos tres elementos vinculados en perfectas proporciones armónicas. En 1947 publicó su primer cuadernillo "La Divina Proporción Tipográfica Ternaria". En esta publicación nos muestra como -tener un control total- para diseñar las páginas de un libro.






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